Sylvia Ubal
Una modalidad del delito cibernetico denominada: La estafa nigeriana, o timo nigeriano.Si algo suena demasiado bueno para ser verdad, probablemente no lo sea. Ese es el mejor consejo que podemos darles a los usuarios de Internet.
La tentación por el dinero fácil no sólo forma parte de nuestra vida cotidiana en la calle, en el día a día, sino que es una profesión que, al parecer, cada vez se adapta mejor al avance de nuevas tecnologías y esta cada vez más fuerte en la red. Entre las estafas virtuales hay de todo y para todo el mundo.
Una modalidad del delito cibernetico denominada: La estafa nigeriana, o timo nigeriano.Si algo suena demasiado bueno para ser verdad, probablemente no lo sea. Ese es el mejor consejo que podemos darles a los usuarios de Internet.
La tentación por el dinero fácil no sólo forma parte de nuestra vida cotidiana en la calle, en el día a día, sino que es una profesión que, al parecer, cada vez se adapta mejor al avance de nuevas tecnologías y esta cada vez más fuerte en la red. Entre las estafas virtuales hay de todo y para todo el mundo.
La estafa nigeriana, o timo nigeriano, también conocida como timo 419 (por el número de artículo del código penal de Nigeria), Consiste en un fraude en que el estafador obtiene dinero de la víctima por concepto de adelanto a cuenta de una supuesta cantidad millonaria de dinero que se le ha prometido. Existen muchísimos argumentos y variantes de la estafa, pero todos ellos tienen en común la promesa de participar en una gran fortuna, aquellas historias más disparatadas, que quizás parezcan imposibles de creer, pero que a algunos puedan sonarles tan verídicas, como tentadoras, así como también los diversos trucos para que la víctima pague una suma de dinero por adelantado como condición para acceder a tal fortuna.
Este fraude está hoy especialmente extendido a través del correo electrónico, generalmente de diferentes argumentos que se usa como justificación de una suma millonaria, una herencia vacante que la víctima adquirirá, una cuenta bancaria abandonada, un contrato de obra pública, o simplemente de una gigantesca fortuna que alguien desea hacer un donativo de caridad antes de morir, la excusa de la lotería millonaria que la víctima ha ganado es la más común de todas Varios países de África albergan a estos timadores
Las operaciones están organizadas con gran profesionalidad en países como Nigeria, Sierra Leona, Costa de Marfil, Ghana, Togo, Benín y Sudáfrica generalmente estos estafadores provenientes del África Occidental y se han establecido además en diversas ciudades europeas (especialmente Ámsterdam, Londres y Madrid, entre otras), como también en Dubai (Emiratos Árabes Unidos) con oficinas, números de fax y teléfonos celulares y a veces sitios fraudulentos en Internet. A menudo se les dice a las víctimas que deben viajar allí para cobrar sus millones, para lo cual deben primero pagar una elevada suma de dólares, que parece sin embargo insignificante si se la compara con la fortuna que los incautos esperan recibir El trato propuesto suele presentarse como un delito de guante blanco inocuo con el fin de disuadir a los inversores de llamar a las autoridades.
A quien acepte la oferta, los timadores le enviarán algunos documentos, archivos gráficos adjuntados a mensajes de correo electrónico con sellos y firmas de aspecto oficial. A medida que prosiga el intercambio, pronto se le pedirá que envíe dinero o viaje al exterior a determinados países africanos, entre ellos Nigeria, Costa de Marfil y Sudáfrica. Esto es especialmente peligroso, porque en ocasiones el inversor puede acabar secuestrado o incluso muerto por el timador. En cualquier caso, la transferencia nunca llega, pues los millones jamás han existido Otras modalidades de estafa
Hay otras modalidades que circula en el Internet y tienen un trabajo más profundo que habla de fortunas millonarias. Son puntuales, y demuestran que la víctima ha sido seguida de cerca por los estafadores. Por ejemplo, es la de anunciarle a un profesional que se ha hecho acreedor de un premio de una célebre fundación por sus trabajos en determinada materia, y que deberá viajar hasta algún lugar remoto del mundo para recibirlo.
Los organizadores prometen costear los gastos de pasajes y estadía para asistir a la ceremonia de premiación, mientras que el engañado sólo deberá hacer un depósito en “alguna” cuenta para cubrir los gastos de tasas y demás... Detrás de todo esto no sólo hay jóvenes sin demasiadas ganas de trabajar, sino que los fraudes online se han convertido aún más peligroso. Estos emails, que en algunos casos, incluso, pueden resultar divertidos, son enviados por verdaderas bandas de delincuentes que no vacilarían en matar en caso de ser enfrentados fuera de la red. Según informa el New York Times, algunas víctimas que se atrevieron a viajar para encontrar a sus supuestos socios terminaron siendo robados o secuestrados y asesinados.
Los estafadores no son personas agradables, son ladrones, mentirosos, se trata de gente realmente inescrupulosas y sin moral. Sólo basta con estar atentos, y si la fortuna viene demasiado fácil, es porque hay que desconfiar. “Cuando la tentación es grande, hasta el diablo desconfía...” Si algo suena demasiado bueno para ser verdad, probablemente no lo sea. Ese es el mejor consejo que podemos darles a los usuarios de Internet.
Este fraude está hoy especialmente extendido a través del correo electrónico, generalmente de diferentes argumentos que se usa como justificación de una suma millonaria, una herencia vacante que la víctima adquirirá, una cuenta bancaria abandonada, un contrato de obra pública, o simplemente de una gigantesca fortuna que alguien desea hacer un donativo de caridad antes de morir, la excusa de la lotería millonaria que la víctima ha ganado es la más común de todas Varios países de África albergan a estos timadores
Las operaciones están organizadas con gran profesionalidad en países como Nigeria, Sierra Leona, Costa de Marfil, Ghana, Togo, Benín y Sudáfrica generalmente estos estafadores provenientes del África Occidental y se han establecido además en diversas ciudades europeas (especialmente Ámsterdam, Londres y Madrid, entre otras), como también en Dubai (Emiratos Árabes Unidos) con oficinas, números de fax y teléfonos celulares y a veces sitios fraudulentos en Internet. A menudo se les dice a las víctimas que deben viajar allí para cobrar sus millones, para lo cual deben primero pagar una elevada suma de dólares, que parece sin embargo insignificante si se la compara con la fortuna que los incautos esperan recibir El trato propuesto suele presentarse como un delito de guante blanco inocuo con el fin de disuadir a los inversores de llamar a las autoridades.
A quien acepte la oferta, los timadores le enviarán algunos documentos, archivos gráficos adjuntados a mensajes de correo electrónico con sellos y firmas de aspecto oficial. A medida que prosiga el intercambio, pronto se le pedirá que envíe dinero o viaje al exterior a determinados países africanos, entre ellos Nigeria, Costa de Marfil y Sudáfrica. Esto es especialmente peligroso, porque en ocasiones el inversor puede acabar secuestrado o incluso muerto por el timador. En cualquier caso, la transferencia nunca llega, pues los millones jamás han existido Otras modalidades de estafa
Hay otras modalidades que circula en el Internet y tienen un trabajo más profundo que habla de fortunas millonarias. Son puntuales, y demuestran que la víctima ha sido seguida de cerca por los estafadores. Por ejemplo, es la de anunciarle a un profesional que se ha hecho acreedor de un premio de una célebre fundación por sus trabajos en determinada materia, y que deberá viajar hasta algún lugar remoto del mundo para recibirlo.
Los organizadores prometen costear los gastos de pasajes y estadía para asistir a la ceremonia de premiación, mientras que el engañado sólo deberá hacer un depósito en “alguna” cuenta para cubrir los gastos de tasas y demás... Detrás de todo esto no sólo hay jóvenes sin demasiadas ganas de trabajar, sino que los fraudes online se han convertido aún más peligroso. Estos emails, que en algunos casos, incluso, pueden resultar divertidos, son enviados por verdaderas bandas de delincuentes que no vacilarían en matar en caso de ser enfrentados fuera de la red. Según informa el New York Times, algunas víctimas que se atrevieron a viajar para encontrar a sus supuestos socios terminaron siendo robados o secuestrados y asesinados.
Los estafadores no son personas agradables, son ladrones, mentirosos, se trata de gente realmente inescrupulosas y sin moral. Sólo basta con estar atentos, y si la fortuna viene demasiado fácil, es porque hay que desconfiar. “Cuando la tentación es grande, hasta el diablo desconfía...” Si algo suena demasiado bueno para ser verdad, probablemente no lo sea. Ese es el mejor consejo que podemos darles a los usuarios de Internet.